LETRONAUTA Vine a Comala porque me dijeron... | Wilberto Palomares


Hace unos días, del 6 al 8 de octubre por si quieren anotar la fecha, Comala, ese pequeño y olvidado pueblo asentado a las faldas de una montaña que escupe fuego, cobró vida. Aquellas casas blancas de techos de teja roja, calles angostas y empedradas y andares lentos se salieron de las páginas de Pedro Páramo, la novela de Juan Rulfo que nos ha maravillado desde siempre.

El objetivo era sencillo: reunir a los escritores de cuento de nuestros días, ponerlos en la misma calle, a la misma hora, el mismo día, y dejarlos ser, leer, escribir.

Siendo yo Colimense, empapado estoy de la magia de Comala, pero debo confesar que estos tres días del Encuentro de Escritores Cuento en Comala 2016, le dieron una luz distinta al pueblo, más brillante que la del amanecer, más cálida que la del atardecer.

Por las calles se les veía caminar a Jaime Panqueva, Alfredo Peñuelas, Patricia Laurent Kullick, Edson Lechuga, Mónica Lavín, Omar Delgado, Juan José Rodríguez, Ana Clavel, Rogelio Guedea, Valentín Chantaca, Federico Vite, Eduardo Antonio Parra, Cástulo Aceves, Florentino Solano, Socorro Venegas, Pablo Soler Frost, Alfredo Carrera, Rodrigo Pámanes, Luis Felipe Lomelí… vayan ustedes a saber si se estaban buscando a Pedro Páramo o un lugar para comer, pero sus miradas parecían perdidas en otro tiempo, otra dimensión.

Los grandes cuentistas nos relataron sus historias de abuelos lentos y nietos malvados, de océanos tranquilos y ciudades en guerra, de ángeles que encadenan al mundo con palabras y de cabezas flotantes y parlantes, de lo difícil que es coincidir en el desayuno con tu esposa y de detectives que te siguen más cerca de lo que quisieras… Los asistentes se dejaron arrastrar por la desbordante imaginación de los escritores invitados.

En medio de la algarabía hubo un minuto distinto, no de silencio, sino de reconocimiento, de aplausos, cuando se recordó al gran escritor Ignacio Padilla, fallecido trágicamente unas semanas antes, y cuya participación en este Encuentro de Escritores estaba confirmada. Dicen que en Comala los fantasmas rondan como si nada por las calles, supimos que era cierto, pues todo el tiempo sentimos la presencia del buen Nacho.

Pero no fue puro cuento, también hubo discusión (¿qué otra cosa puedes esperar cuando reúnes a tantos escritores en el mismo lugar?) ¿qué es un cuento? ¿en qué te inspiras para escribir? ¿en tus historias qué tanto es real y qué tanto inventado? ¿cómo elegir los cuentos que estarán en una antología? ¿es mejor el libro digital o en papel? Fueron sólo algunas de las preguntas del público asistente que tuvieron que responder los escritores.

A Comala le hacía falta un evento así. Que mezclara las letras con el olor a café de la tarde y a pan en la mañana; que revolviera las historias ya viejas con las nuevas; que inspirara a los escritores contemporáneos con su blancura, sus ruidos, su volcán.

A Comala le hacía falta un evento así. Que nos recordara que en sus calles se respiran letras, que en sus casas se esconden historias, que en su gente vive la nostalgia por un pasado más sencillo.

El Encuentro de Escritores Cuento en Comala 2016 fue una convocatoria que reunió en un pueblo mágico a gente mágica. Que permitió que los lectores conocieran y convivieran con aquellos que desde siempre les han llenado el día con sus cuentos. Que dejó que los escritores caminaran por las mismas calles que el legendario Juan Rulfo hace ya tantos años. Que nos recordó, que todos somos hijos de Pedro Páramo.


WILBERTO PALOMARES. Autor del libro Supervisor de nubes, publicado en febrero de 2015 por el CONACULTA. Finalista del concurso de poesía "Vientos de octubre" en España en el año 2011. Egresado del taller de creación literaria "Cuentos" impartido por el reconocido escritor y compositor Armando Vega-Gil y del taller "D Generación Literaria" impartido por Agustín Benítez Ochoa. Dramaturgo de los unipersonales “Dijo que se quedaría... y le creí” y “Loca de amor”. Autor de al menos 70 cuentos y tres novelas. Actualmente trabaja en su cuarta novela La noche de los girasoles y en la antología poética De vaqueros, trenes y poetas.


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